Ideas para estructurar el contenido de tu web

( By Contenido ideas de comunicación SL )

Muchas veces, cuando nos proponemos crear una nueva web o dar un vuelco importante a la que tenemos, nos asalta la duda de qué poner. Qué contenido debemos incluir, cómo lo escribimos, cuánto texto, cómo y de qué forma lo mostramos… son cuestiones que conviene tener claras antes de empezar. Para evitar que esto se convierta en una barrera, te damos 10 consejos útiles:

 

1.-¡Orden!

Al igual que ocurre en otros soportes de comunicación off-line, la clave para lograr el éxito en cualquier página web reside en ordenar muy bien la información que queremos transmitir y dosificarla adecuadamente. En último término, se trata de “dirigir” al internauta hacia aquello que más nos interesa, pero dándole la opción de que escoja el camino a seguir para que tenga la sensación de libertad de movimientos que le haga sentirse cómodo.

Tal vez lo más complicado, sobre todo en las webs que presentan un grado de desarrollo elevado, es jerarquizar la información. Es frecuente, por ejemplo, observar páginas en las que la home se presenta atiborrada de información, pretendiendo sin éxito ofrecer toda la información de golpe, con múltiples opciones y apartados que en ocasiones llegan a duplicarse. Se pretende aparentar que la web es muy completa, cuando lo que se consigue realmente es dar una sensación de caos y desorden que provoca la confusión del internauta ante tal avalancha de datos e información.

Esto ocurre por igual en los dos tipos de webs existentes, tanto las presenciales (sirven a modo de “tarjeta de presentación” de la empresa y sus servicios) como las de desarrollo (comercio electrónico, bases de datos on-line, catálogos, gestión de productos…).

 

2.-Estructura tu web

Un consejo útil, eficaz y económico para todo el que quiera emprender una página web o vaya a actualizar la que tiene es dibujar el ‘árbol’ o mapa de la web. Se trata de algo tan sencillo como coger un lápiz y un papel y hacer cuantos bocetos sean necesarios hasta dar con el esqueleto de la web. Hacer un esfuerzo por definir la estructura de la web, sus diferentes ramificaciones o apartados y los distintos niveles de navegación redundará directamente en la eficacia de la página. Todo el tiempo que empleemos en esta fase previa será poco.

 

3.-Piensa antes de actuar

El camino para definir la estructura exige plantearse para qué hacemos la página web, cuál es nuestro público objetivo y qué valor añadido podemos ofrecer. Cabe preguntarse también qué contenidos vamos a priorizar sobre los demás, qué ponemos en la página principal o qué va en la parte superior de la home. Sin tener claros estos aspectos es difícil dar con una estructura armoniosa que permita una navegación fluida y ordenada.

El internauta debe digerir la información poco a poco. Por eso, la primera recomendación es partir de un menú sencillo, que actúe a modo de índice o guía de la página. Dicho menú deberá estar siempre a la vista y no tener excesivos apartados (quizás con cinco sea suficiente). La norma es clara: sé claro, conciso y utiliza un lenguaje adaptado a la red.

 

4.-Píldoras de información

En este punto es necesario advertir que mayor cantidad de información no significa necesariamente –más bien todo lo contrario– mayor aprehensión por parte del usuario o internauta. Su capacidad de atención es limitada y no podemos pretender que lea todo. Por eso debemos ofrecer la información en forma de pastillas o píldoras.

No es lo mismo leer en una pantalla de ordenador, tablet o móvil que hacerlo sobre una página impresa. Leemos más lento en pantalla porque las palabras son más difíciles de procesar y por eso tendemos a “escanear” más que a leer.

 

5.-Escribe para ser leído

Muchas webs fracasan precisamente porque el contenido no ha sido escrito expresamente para la web. Adaptar el texto a la web supone utilizar frases y párrafos más cortos, un tipo de escritura escalable y menos lineal. Evitar grandes bloques de texto, destacar algunas palabras clave y dar la opción de ampliar la información a aquellos interesados en profundizar es una buena práctica, como lo es también colocar la información más importante siempre en la parte de arriba. Para romper textos largos es conveniente utilizar espacios en blanco, subcabeceras, listas, destacados… cualquier recurso que permita dosificar la información y hacer más cómoda la lectura.

Un error habitual es la incorporación de datos irrelevantes. Ojo también con las faltas de ortografía. Aunque en ocasiones no se les presta demasiada atención, los errores gramaticales y ortográficos dan muy mala imagen y reflejan falta de profesionalidad. Si queremos que nuestra web proyecte una buena imagen, la redacción debe ser impecable.

 

6.-Actualizar o morir

El mayor reto al que se enfrentan la mayoría de páginas web –muchas veces mal resuelto– es la actualización de los contenidos. Más allá de opciones automáticas de refresco, se hace necesario dar vida a la web y mostrar al visitante que se trata de una web en continua evolución. Hay una gran diferencia entre las páginas que acostumbran a cambiar periódicamente de contenido (incluir artículos interesantes, novedades o eliminar actuaciones ya desfasadas) y aquéllas que mantienen contenidos caducos y no cuidan el contenido. Una cosa sí es segura: mostrar información caducada es un buen método para perder credibilidad.

 

7.-Acude a un profesional

A la hora de diseñar los contenidos, contar con un asesor externo se convierte en ocasiones en la mejor opción, ya que puede aportar una visión externa no condicionada por el devenir de la empresa. Si optamos por esta vía, la empresa encargada de redactar los contenidos deberá conocer perfectamente la idea o filosofía de la empresa, su misión, qué se pretende con la web y la estructura de la misma (o, en su defecto, una idea de estructura).

 

8.-Responde siempre

Otro consejo para “navegantes”: Si decides incluir un buzón de sugerencias o un correo al que dirigir dudas, propuestas, quejas… asegúrate de que lo vas a poder mantener activo. No hay nada peor que la sensación de que a uno no lo tienen en cuenta. El internauta que no encuentre respuestas quizás vuelva a entrar en la web, pero a la siguiente ocasión migrará a otras webs y se quedará con la impresión de que la página no le reporta ningún valor.

No hace falta recordar lo complicado que supone recuperar al internauta, dado el enorme volumen de información y páginas web disponibles en la red. Aquí cobra protagonismo el clásico consejo de todo empresario o comerciante: cuesta mucho esfuerzo hacer nuevos clientes y mantenerlos, y muy poco perderlos. En este caso, no responder a las preguntas de los usuarios es el camino más corto para “espantarlos” y dirigirlos hacia otros sites. Por eso, es preferible no incluir opciones de comunicación bidireccional si no estamos seguros de poder gestionarlo adecuadamente.

 

9.-Aleja los fantasmas

Una última recomendación, por básica que parezca, es incluir siempre un apartado de contacto en el que aparezca al menos un teléfono, una dirección, una ubicación en el mapa y, a ser posible, una persona de contacto. De esta forma evitaremos que nuestra página pase a engrosar el siniestro club de las “páginas fantasma” que pululan por la red, sin saber muy bien a quién pertenecen ni quién se encuentra tras ellas.

Todos hemos vivido la experiencia frustrante de buscar un contacto en la web y, después de unos cuantos pantallazos, advertir que sus creadores han decidido que esa información no se encuentra disponible o no es relevante. Lo único que consiguen es provocar la sensación de que nos ocultan algo. Y si en algo se basa el éxito de toda página web es en la confianza que transmite.

No conviene confiar en la paciencia del internauta ni pedirle que haga un esfuerzo especial por encontrarnos. Un apartado del tipo ‘quiénes somos’ aportará además el componente emocional a tu web, ayudándote a empatizar con tus potenciales clientes.

 

10.-Conclusión

Ahora que ya conoces algunos aspectos básicos sobre cómo estructurar tu web, se trata de ponerlos en práctica. Recuerda que contar con una estructura lógica, intuitiva y comprensible influirá de forma decisiva en el éxito de tu proyecto web. Además de asegurar una navegación fluida y una buena experiencia de usuario, contribuirá a posicionarla mejor en los principales buscadores. Es el primer paso hacia el ansiado SEO on page o posicionamiento natural dentro de la web. A partir de ahí existen otras muchas optimizaciones posibles, como escoger un buen dominio, asegurarte de que tus urls sean SEO friendly, introducir contenido propio de calidad, no abusar de las keywords o cuidar tus enlaces, entre otras.

Ten presente que si un buen diseño es siempre muy importante para cualquier página web, tanto o más es su contenido. Que sea adecuado, apropiado, atractivo y comprensible no es tarea sencilla. Por eso, te recomendamos que confíes en un profesional para esta labor. Un buen director de comunicación con experiencia sabrá asesorarte y ayudarte a desarrollar la mejor web, justo la que tu empresa necesita.

 

 

© Este artículo pertenece al libro ‘MARKETING Y PUBLICIDAD EN INTERNET. BÁSICO’ , editado en 2009 por STARBOOK (varios autores). El capítulo 4, escrito por Vicente Küster (CEO de Contenido ideas de comunicación) ha sido ahora actualizado.

 

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